miércoles, 15 de mayo de 2019

45ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires: "Barcelona, ciudad invitada" (3ª parte)

Dinosaurio animatrónico presente en la Feria, como parte de una exposición científica para el público escolar.


El lunes 13 de mayo finalizó la presente edición de la Feria del Libro; y como es normal en este blog, llegó el momento de las últimas observaciones relevantes.

Salvando lo ya visto en entradas anteriores, en materia de historietas hubo pocas cosas más que me llamaron la atención. De las dos últimas adquisiciones en la Feria una es la novela Mi nombre es Zero Galván, con la cual Ray Collins llevó al plano literario a su personaje creado para la historieta Precinto 56 en 1963, lo que lo hizo ganador del Concurso Novela Negra 2011. La otra es la novela gráfica El manuscrito, en el cual José Massaroli y Marcelo Pulido mezclan la ficción con la realidad recreando lo que podría haber sido si Oesterheld no hubiera podido escribir El Eternauta a causa de la persecución política a la que estuvo sometido.



Y eso fue todo por este año... un año que promete muchas inquietantes noticias en materia económica. ¿Qué panorama tendremos para la Feria del Libro 2020? Esta vez, la respuesta no es fácil de ver, considerando que de acá hasta que pasen las elecciones todo puede pasar. Lo que sí puedo decir es que si bien me llevé mucho menos material que en ediciones anteriores, no salí defraudado con lo obtenido, aunque es implicó estar más atento que nunca en cada stand y a revisar (más bien revolver) en cada rincón. Algo que por lo general la gente no suele hacer ni en la Feria del Libro ni tampoco cuando la curiosidad o necesidad los llevan a visitar una librería comercial o de barrio. El año que viene se sabrá si la gente podrá tener holgura para darse el gusto nuevamente en este predio o si deberán priorizar otras cuestiones de la vida diaria con el bolsillo más reducido que nunca, sin importar quién gane en octubre próximo. Hasta entonces...

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