martes, 10 de enero de 2017

Adiós, Walther Taborda



En el día de hoy se dio a conocer la triste noticia del fallecimiento de Walther Taborda, apenas diez días después de haber cumplido 51 años de edad y tras tener una trayectoria tan extensa y diversa como casi desconocida para el mercado argentino de historietas.

Nacido el 29 de diciembre de 1965 en Buenos Aires, fue uno de muchos talentos surgidos bajo el ala docente del legendario Oswal, y desde joven comenzó a desarrollar su talentoso arte, influenciado inicialmente por los comics americanos y más adelante por el manga japonés. Si bien cosechó sus primeros laureles en la década de 1980, su consagración llegaría una década después trabajando en simultáneo con las editoriales De la Urraca y Columba, donde vieron la luz las historietas Cero Buenos Aires y El Peregrino, con guiones de Carlos Albiac y Robin Wood respectivamente.

De ahí pudimos leer obras diversas como Paula, una publicación semanal que publicó La Nación Revista durante 1997, y varias colaboraciones para los comic-book Cazador y El Caballero Rojo, para luego saltar los mercados estadounidense y europeos, siendo requerido por las americanas Image, Avatar Press y Marvel Comics como la italiana Eura Editoriale, la alemana Bestei, y la suiza Paquet.

El siglo XXI lo sorprendió emprendiendo una prolífica obra a la par de su labor docente, gracias a la cual habrá discípulos que tomarán la posta de encarar el 9no. Arte con la Escuela Ola. De todo lo que produjo en Argentina se vio muy poco; lo más relevante fue la saga "Malvinas: el Cielo es de los Halcones", con guión de Néstor Barron, ambientada en el conflicto bélico de 1982. Una de sus últimas actividades fue justamente supervisar los detalles de impresión del segundo tomo, que será publicado en breve por la editorial El Buen Libro. Lo que sí quedó sin poder concretar fue la firma para los primeros ejemplares impresos, ya que para ese entonces fue internado en la clínica San Pablo, en San Fernando, donde pasó su último cumpleaños y sus últimas semanas de vida, tal y como refirió su esposa en su cuenta de Facebook, donde lo despidió emotivamente:


"Se fue el amor de mi vida, el padre de mis hijas, el hombre más bueno, honesto y apasionado que haya existido. Recen por su alma que ya está con Dios y la Santa Virgen".


Se fue el artista, nos queda su obra. Desde acá hago un pedido a nuestras editoriales que hace rato que debería haberse realizado, que es la publicación de su obra en nuestro país. Nos lo deben.

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