Ayer nos dejó Eduardo Ferro, la última reliquia de la historieta argentina clásica.
Nació en Avellaneda el 19 de agosto de 1917, y desde los 16 años demostró su talento en El Purrete, una revista del periódico Buenos Aires Herald. Poco tiempo después deslumbró en la revista La Cancha con Don Pitazo y Aserrín y Pan Rallado.
Su mejor (y más reconocido) período laboral fue entre 1937 y 1984, cuando trabajó incansablemente en la Editorial Dante Quinterno, creando allí miles de páginas de humor gráfico que deleitaron a varias generaciones de lectores, ilustrando la mayoría de las tapas de la revista Patoruzú, realizando numerosas viñetas de humor variado y creando personajes que hoy están en el panteón de las grandes leyendas de la historieta nacional, como Langostino (para la revista Patoruzito), Bólido, Tara-Service, Pandora, y un largo etcétera. Además colaboró en la creación del corto Upa en apuros.
También se lució en los diarios con El Buzo Chapaleo, tira diaria que apareció en La Razón durante diecisiete años.
Si bien muchas de sus creaciones de Editorial Dante Quinterno siguen en el imaginario público, las que creó después de su desvinculación no fueron tan afortunadas y cayeron en el limbo del olvido. Ejemplo de ello es Chicle Bang, vaquero estrafalario creado para la revista Meteoro, de editorial Abril.
Su carrera continuó en los años '80 como profesor de Humor Gráfico en la escuela de dibujo de Carlos Garaycochea. Y en los '90 revivió nuevamente a Langostino para la revista cultural La Maga.
Además del apoyo y cariño incondicional de sus fans, Ferro recibió numerosos premios y distinciones a lo largo de su carrera; el más importante de ellos fue el Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos, otorgado por los Ministerios de Cultura, Asuntos Exteriores y Cooperación de España, y la Fundación general de la Universidad de Alcalá. Guillermo Mordillo, gran artista y amigo de Ferro, recibió dicho premio en su nombre en 2006.
Con motivo de dicho premio, a partir de 2007 se realizó una exposición itinerante, tanto en España como en Argentina.
En 2009 participó con dibujos originales de la revista Patoruzú en la muestra "Bicentenario: 200 años de Humor Gráfico" que el Museo del Dibujo y la Ilustración realiza en el Museo Eduardo Sívori de Buenos Aires, homenajeando a los más importantes creadores del Humor Gráfico en Argentina a través de su historia. Dicha exposición se repitió en los pabellones de Feria del Libro 2010, en la Rural.
El último homenaje que se le hizo en vida fue en diciembre de 2010, cuando la revista Dibujantes publicó una nota de tapa sobre su vida y su obra.
Su partida motivó numerosas muestras de afecto por parte de colegas de la profesión, como lo ejemplifican las de Liniers y Rep:
A continuación se puede leer el mensaje de su hija Carmen "Pichi" Ferro:
Estimados Amigos:
Hoy, 4 de Marzo de 2011, en la madrugada, ha partido el Viejo Ferrito hacia otros mundos, acompañado de sus personajes: Langostino, Chapaleo, Bólido, Taras Service, Pandora, y muchos otros que no alcanzaron la trascendencia de los nombrados.
Sobre la mesa de dibujo quedó su plumín y un potecito abierto de Tinta China reseca por el tiempo.
Les ruego en sus corazones un recuerdo de homenaje. Sus restos serán velados en la localidad de Don Bosco, partido de Quilmes, provincia de Buenos Aires, Argentina, en la cochería Rufino Pastor, calles José Ingenieros y Uriburu.
Agradecida, su hija Pichi Ferro.
PD: Me permito adjuntar el discurso que mi Padre envió a la Universidad de Alcalá de Henares, en ocasión de recibir el premio Quevedos 2006, como testimonio de su personalidad, basada en tomar la muerte como una prueba culminante de Humor.
Se ruega no llamar a su domicilio personal.
Unas apuntes sobre su obra
El maestro nos ha dejado, pero le sobrevive su extensa obra, la cual rara vez fue reeditada, creándose así una materia pendiente por parte de los editores, con lo cual se le haría justicia a Ferro. Estoy seguro que Langostino haría feliz a los niños de las nuevas generaciones, a pesar de los 65 años transcurridos desde su creación, así como también otras de sus criaturas de papel. Uno de los pocos libros donde se recogió, aunque sea una parte muy pequeña de su obra, es Ferro: Lo que el vento devolvió, editado en 1988 por Hyspamérica, en su Biblioteca Grandes Humoristas Argentinos.
Hojeando algunas páginas se pueden leer algunas páginas de dicho libro con los personajes más memorables del artista, junto con la contratapa, que contiene una explicación del autor que sirve para echar un poco de luz sobre su vida y su carrera.
En cuanto a su casi infinito trabajo en la revista Patoruzú, es imposible resumirlo en un par de renglones. Además de desarrollar personajes fijos creaba numerosos chistes sueltos e ideas temáticas, muchas de las cuales se publicaban a doble página en la revista. Ejemplos de ello son Intervenciones quirúrgicas, aparecido en el n° 338, del 6 de marzo de 1944; Pantalones largos, del n° 926 (18 de julio de 1955) y Era del Injerto y el Trasplante, del n° 1571 (11 de marzo de 1968):
Otro aporte importante para la revista fue elaborar muchas de sus tapas, como las que verán ahora, pertenecientes a los n° 339 (13 de marzo de 1944), 1571 (11 de marzo de 1968) y 1708 (31 de octubre de 1970).
Y a todo esto, ¿cómo lo veían sus colegas? Como cierre de esta entrada, les dejo para leer un artículo de Leonardo Wadel, guionista de historietas que también trabajó durante largos años en Patoruzú, lo cual ayuda a responder esa pregunta. Apareció en Skorpio n° 144, en febrero de 1988.
AGUANTE EL MAESTRO FERRO!
ResponderEliminarSIEMPRE LO LLEVARE EN MI CORAZON!
LA REVISTA PAPALU DE SAN MIGUEL DE TUCUMAN, RINDE SU HOMENAJE A UNO DE LOS DIBUJANTES MAS GRANDES Y EXPRESIVOS DE LA HISTORIETA MUNDIAL!!!