Sin dudas es una de las noticias editoriales más importantes del año, aunque a los argentinos no nos cause mucha gracia: a partir de hoy, Ediciones de la Flor ya no será la casa editorial de la obra de Quino, incluyendo a Mafalda.
Para el público en general fue un baldazo de agua fría, pero en el ámbito editorial se veía venir. Tras la muerte del dibujante mendocino ocurrida en 2020, y de su principal heredera en 2023, sus cinco actuales herederos decidieron cortar el histórico lazo que unía la obra conjunta de Quino con la que fue su editorial de confianza durante 55 años. Las razones que dieron a conocer se basan en la necesidad de que haya una editorial fuerte para publicar la obra en todo el mundo, algo que Ediciones de la Flor (según ellos) ya no es capaz de hacer actualmente. Desde ahora será Penguin Random House la editorial encargada de mantener vigente y con nuevas ediciones el legado artístico de uno de los dibujantes argentinos más exitosos, algo que ya venía haciendo desde hace años en Europa, junto con los títulos de otros autores argentinos.
Si bien la decisión fue tomada desde hace un año, recién ahora se dio a conocer al público, con un breve pero sentido comunicado en las redes sociales de la veterana editorial (ver arriba). No es la primera partida que tienen que lamentar, ya que autores como Fontanarrosa, Caloi y Liniers también cayeron en gracia de otras editoriales, pero hoy se marca un punto de inflexión para De la Flor. De todos sus autores, Quino era el más icónico y (por lejos) el más exitoso. La ausencia de sus títulos será un golpe muy duro para ellos, y no es exagerado decir que les será dificil sobreponerse a ello.
Imagen de portada de la página de Facebook de Ediciones de la Flor, actualizada tras la partida de Mafalda.
Obviamente sale la observación de que hay otros autores muy buenos que aún forman parte del catálogo de De la Flor, y con una obvia excepción (por supuesto que en nombre del buen gusto no la voy a mencionar) es correcto afirmar eso, pero dependerá en gran parte que nosotros sigamos bancando el lanzamiento de sus nuevos títulos para garantizar la supervivencia de la editorial. Por eso es válido razonar que estamos ante el fin de una era, y que a partir de hoy el panorama editorial argentino luce más sombrío que nunca.
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